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La huevada (re)reloded...Welcome to our magic world.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Incidente de viaje, por mochilas cargadas


Fue un hermoso Enero de algún año de estos últimos. Un delirio renunciante a una vida desequilibrante me sorprendió atravesando selva de la verdadera, en algún corazón de mi querido México.


La excelente compañía se llamaba Juliana, recibida de : mi prima. El viaje superaba cualquier expectativa y no había razón alguna para quejarse.


Mochila, peso muerto de 28 kg de tortura, se llenaba con: 1 fuego eterno de ceremonias mayas, 1 escalada a volcán activo en medio de la noche, 1 travesía en combi de traficante beliceño, 2 sobornos de frontera, 20 musculosas y otro tanto de shorcitos sin usar. Sal, a gusto. La ola polar haceañosquenonosvienetantofriodelnorte hacía de un dólar el metro de polar, nuestro atuendo preferido. Vestidas con el excéntrico glamour cebolla de oferta, por fin llegábamos a ese punto bisagra entre un húmedo y lluvioso Palenque a una soleada, calida y caribeña Playa del Carmen.


Micro, noche de doce horas por delante. Sueño, hambre, dolor de cuerpo…Pero dolor de cuerpo que duele con felicidad y sonrisas de que, al fin, estas avanzando. Madrugada, luz. Gendarmería nacional mexicana llena de cuerpos de excepcional metro ochenta al grito de bolso rojo. Relajadas por ser portadoras de mochila azul, decidimos hacer caso omiso a la llamada. Micro vacío, todos abajo. Tratando de despegar las lagañas mentales, cada escalón fue un paso que me acercaba a mi verdad mas desnuda…Noche cerrada en la nada misma. Ocho buenos muchachos vestidos de camuflaje, con sus ocho chumbos de metro veinte. Mochila azul de mis amores, tu herida abierta sobre esa rustica mesa de ocasión. Yugular inflamada, calzones dispersados. El total de los pasajeros, hermanos de boleto al mismo destino, decidió que era hora de dejar las cosas a mi criterio y retomar el sueño. Prima hermosa no se quedo atrás. Voz masculina expresa “señorita, media pastilla roja envuelta en papel higiénico: DESARROLLE” Sin comprender el grado de preocupación del estimado caballero, conteste sencillamente…migral maestro, por? Dialogo: -Receta? -No tengo -Esto es cocaína, señorita, que tiene que decir al respecto - Silencio…silencio- Mande??????


. El misterio era en qué momento yo, que lo más cerca de la droga fue un par de aguas con gas, era de repente traficante de cocaína? Argentina de re truco y vale cuatro, la idea inmediata fue el contraataque. Que hacían ellos con todo mi bolso al desnudo sin mi autorización? Es que acaso se habían divertido observando mis interiores mas íntimos mientras yo ignoraba todo en mis sueños? Esto no debería ni quedaría asi. Haberse visto…tratar de ese modo al pobre turista. No, no tengo novio, no, no quiero llevarme a uno de ustedes conmigo a argentina. No, no quiero tranquilizarme ni quiero explicar porqué tengo medio migral envuelto en papel higiénico (no, no fue de pijotera!). Cómo se le ocurre? Quiero que me expliquen donde esta el mismísimo presidente de la Nación para quejarme personalmente por semejante atropello. Si, quiero fijarme si me han robado algo. O peor aun, si me han metido algo…si, si.


Comienzo el desarme de mochila…Memoria refresca dos kilos de yerba mate con color a flor prohibida. Y fue ahí donde me vi, cual escena de Bridgit Jones en Tailandia, encerrada tras las rejas mexicanas cantando “Like a virgin” pero con las primas de Thalia


Nota mental: no confiarme en la buena voluntad de los manitos gendarmes, para entender que solo trafico mis propios sueños…


Retrocediendo mis aires de venganza, repasé una a una mis cartas. La baraja me dejaba con un 12 de bastos frente a un inevitable vale cuatro…Y bien se sabe que nunca fui de mentir en los juegos del azar…


“Dejelo así, buen hombre. Y que nuestras dudas queden pendientes para la próxima jugada...” Porque mas vale libertad en mano, que mis calzones mostrados…


* Dedicado a mi hermana del alma, que sigue llenando su mochila de vida. Te quiero pri! *


...LaChuni...

Cambiando canciones y a volver a empezar…

Es increíble el poder de un acorde. En perfecta armonía, suenan las primeras notas de canción y la piel se remonta al momento justo. Siempre hace calor y siempre llega tu recuerdo. Depende el día y mi sensibilidad, hasta creo poder sentir tu perfume. El tuyo mismo, desde siempre. Llega el aliento, llegan los besos y llega cerrar los ojos. Llega la paz.

Y como quien no quiere la cosa, siempre pasa en los momentos menos oportunos. La mente registra hasta lo imperceptible, y no solo puedo volver a estar, sino que vuelvo a sentirte. Mi cuerpo se prepara para estallar agitado. Y ahí estás, nunca estás.

Resulta ser que el tiempo juega a esconderse en algún lugar desconocido. Te adelanta y rebobina la cinta sellada del recuerdo para jugarnos buenas y malas pasadas. He decidido tan solo estirar mis manos al aire y dejarme ser. Convivir entreverando sólo el ahora del dia a dia.

Todavía hay canciones que aprehender, perfumes que explorar…gente a quien amar. Te regalo tus recuerdos que viven en mi, grabados a estaca…Sigo mis pasos al próximo círculo que una todos los puntos suspensivos…Hoy, por fin, me dejo olvidar.

...LaChun...

Historia de cómo un baño se hizo sabio...


Todo ocurrió en otra noche de delirio.


Me encontraba tachando la doble de una ilusión trunca con un príncipe azul. Té de tradición condimentaba la ensalada de palabras en mi garganta. Filosofía de oferta 2x1 para un lunes por la noche, cruzamos un fibrón al agua con una pared de azulejos rosas. Fue al son de una canción de Pedro y Pablo* que entonaba sus primeras estrofas: estamos bien aquí, estamos bien ahora aquí. Este sería nuestro himno de la alegría que inauguraba, casi sin sospechar, una pequeña sobra de arte.

El bañito avejentado recuperó su adolescencia sin sospecharlo. No dimos tiempo a quejas rezongonas y, poco a poco, brotaban frases embellecedoras de vida. Frases que ponen en manifiesto que no importa cuando, hombres y mujeres se encontraron en la alegría de admitir que no entender nada, es lo lindo de la vida.

Fue desde esa noche de extraña alegría y alivio, que dimos lugar a un pequeño mural comunitario en la habitación más inoportuna: nuestro baño de servicio. No es más que un muestrario de caricias sabias de gente querida. Toma forma con la prolija desprolijidad de la sumatoria de manos amigas. Tiene lo auténtico de la pasión de sentirse vivo, de estar identificado. Escribir en sus paredes deja la satisfacción de trascender las reglas de cordura y, de últimas, no hay nada que un poco de agua no pueda curar.

Así es como en otra noche de desamor, nuestro baño se hizo sabio…Bienvenidos a la sabiduría popular del aprender viviendo,


BIENVENIDOS A LA HUEVADA!


...dedicado al Bicho Canasto, que me enseña a crecer día a día...

LaChuni.

*Si no saben quienes son estos dos ex pelilargos, preguntar a algún hippie cincuentón que se les cruce por la vida. Si no tienen, yo les presto.


::: A los tibios los vomita el diablo… pero cuál es la temperatura más agradable para el ser humano? :::

angel y demonio

La chica proverbio o refrán, se me ha dicho en varias oportunidades. Sé muchos… me gustan. Va con eso de que las palabras son mágicas y pueden expresar impensables situaciones o sensaciones. Y la analogía en sí, me divierte.

En este caso, “A los tibios los vomita el diablo” me parece una frase increíble en cuanto a la música que fonéticamente emana. Ni hablar de la potencia que tiene cada una de las palabras… explotan en la boca.

Igualmente, considero que es lo suficientemente ambigua como para que sea determinante. Quienes son los tibios? Está mal o bien ser tibio? Existe el diablo? Qué imagen mental fuerte ser vomitado, no?

Es cierto que los que no se juegan por una u otra cosa terminan en un limbo, sin el fuego y sin la dicha. Jugarnos por lo que queremos nos asienta y nos define. Nos planta y echando raíces crecemos.

¿Pero quién te dice que los que no se juegan por nada, no están cómodos en esa postura? Quizás se sienten a gusto, contenidos. Tal vez esa sensación de cobija, permite la germinación de potenciales superiores.

O por ahí simplemente no les interesa involucrarse con una temática. Y por qué vamos a exigirle a nadie que sea lo que queremos que sea? Somos una raza impuesta por la religión, las monarquías, los mandatos sociales, las auto exigencias…

Quizás es hora de dejar de exigirnos a nosotros mismos y a quienes nos rodean ser un ideal de persona para empezar a ser personas. Como nos dé la gana, de última… somos los únicos dueños de nuestras acciones y sus repercusiones.

Yo por ejemplo, no tengo una actitud definida frente a la política. Tomo de todos alguna que otra cosa. No tengo odiados ni idolatrados. No puedo lograr casarme con ninguna ideología política porque nada termina por convencerme.

Nada te turbe, nada te espante, diría otra frase, muy religiosa por cierto. Sus palabras me remiten a la tibieza. No te juegues, que nada te mueva, que nada te saque de eje. Da una sensación de gris... tarde de lluvia.

En lo que a mi respecta, yo prefiero elegir aquello por lo que me juego y por lo que no. Religión, política, sociedad, botánica, música, fútbol, polo, croquet… “Mi vida es mía y quiero vivirla” diría una canción infantil. Y en eso está la dicha de elegir.

Que palabra tan poderosa “elegir”. Libre albedrío, free will o (Free Willy, por qué no?). Tenemos el poder de tomar nuestras propias decisiones, inducidos por nuestra propia voluntad.

Así que si yo quiero ser vomitada por un diablo en mallas color escarlata, me tomo la libertad de hacerlo. Y si en vez de lo tibio de la mantita, me va sentarme en el radiador, o chupar un hielo hasta que se acabe, lo elijo, porque me pega la regalada gana.

Porque me la regalaron, porque es mía. Gracias a Dios y/o al Universo tenemos la libertad de hacer lo que queremos. Bienvenido sea el individualismo porque si todos somos plenos por las decisiones que tomamos entonces la sinergia positiva será increíble.

:::::::: La polilla luchadora ::::::::

bico canasto El otro día charlando con una querida amiga, nos enroscamos en una clásica charla de hombres. Surgió un fuerte debate acerca de la cobardía masculina y la osadía femenina y empezamos a hondar en diferentes puntos de vista.

¿Cuándo vale la pena presionar? ¿Cuándo no? Hasta que punto es válido y hasta dónde es antiproducente? ¿Un tipo se siente invadido en todos los casos, o hay un punto en el que se siente deseado si lo buscamos?

¿Es que al hombre hay que zarandearlo de acá para allá para explicarle que se está equivocando, porque una es lo mejor que le pasó en la vida? Claramente esta no es solución para ningún problema.

En la otra mano (como dirían los ingleses)… ¿y si sienten que no hay suficiente interés del otro lado de la cancha, y el estímulo decae mientras nosotras los dejamos pensar tranquilos? Nos quedamos quietitas en un rincón y ellos olvidándose de nosotras... imposible permitirlo.

Y entonces surgió una analogía muy interesante: la de la polilla. El principio de la polilla es un gusano. Es gusano genera un pegote y se envuelve en ramitas para formar una canastita, lo cual deviene en el famoso Bicho Canasto.

El bicho canasto mantiene su forma un buen tiempo hasta que es la hora del gusano de salir del nido. Al bicho le cuesta mucho esfuerzo la salida, lucha y lucha con todo su cuerpo para ser libre. Tanto que si uno lo ve, siente que debe intervenir y ayudar al pobre ser vivo.

¿Pero dónde está el quid de la cuestión? Si uno agarra una cortaplumas y ayuda al bichito a salir, se corre alto riesgo de que este no logre la fuerza necesaria para soportar las adversidades que le deparará la vida fuera de su canastita.

Entonces se presenta el paralelismo entre la polilla luchadora y las relaciones humanas. Muchas veces hay que dejar al otro hacer su propio camino, por más de que no nos guste, porque interferir en el proceso tiene más chances de dañar los resultados.

Y entonces mis queridas amigas (y amigos varones, por qué no?), por fortuna, el universo tiene un itinerario marcado para todos nosotros. Y es glorioso dejarlo fluir y admirar lo que nos depara.

Lamentablemente no somos todopoderosos como la tecnología y la cultura occidental nos han hecho creer. Sólo controlamos nuestras propias acciones y las demás les pertenecen a los otros.

Mi adorado Richard Bach diría: “Vuela libre y dichoso (…) a través de la eternidad y nos encontraremos cuando así lo deseemos en medio de la celebración que jamás puede terminar.” Cuando tenga que ser será… “Let it be”.