Primer Destino: Santiago de Chile. Una parada corta, pero un gran comienzo. Partí después de una larga espera en Aeroparque (salí a tiempo, sólo llegamos antes) pero por suerte 5/6 de la familia me acompañaron.
19.30 embarqué. Como siempre, me subí añ avion como si me sentara en una sala de espera. Me da lo mismo viajar que hacer la cola del banco. Eso sí, donde el piloto anunció que estábamos sobrevolando la Cordillera de los Andes, sentí como la fuerza andina me tiraba los pies para abajo.
22.30 llegamos a Santiago. Me esperaban Sandra (ex vecina, tía postiza, española - chilena) y su novio Miguel. Me llevaron a la casa de él, en la precordillera. Imaginense mi ansiedad cuando zigzagueabamos bordeando los cerros...
Nos juntamos 2 potencias charlatanas, así que 40 mins de viaje fueron suficientes para ponernos a tiro con todos los temas pendientes. Miguel sonreía y asentía amablemente.
Llegamos a un barrio privado y nos encontramos con una casa preciosa con vista a la montaña. Ya en la puerta nos esperaban Felipe, Fran y Ale. Guille y MAxi quedaron en EEUU, no pudieron viajar para las fiestas (lo bueno es que Sandra los lloamó y por lo menos hablamos por teléfono).
Sandra preparó una mesa navideña espectacular - mantel verde incluído. Y lo mejor de todo, había salmón!!! Una navidad sin vitel tone y pionono... increíble! De postre flan de blueberries y christmas cookies - decoradas y todo!!! Deveeeeno.
Charlamos horas... cuántos recuerdos! La canchita de fútbol, los hielos saltando en la cama elástica, las cruzadas de cerco, los mil zapatos en la puerta, mamá diciéndole bolda a Sandra porque usaba palabras españolas y en Tunuyán nadie le entendía, el keke de Sandra, las idas a la finca y a Portillo, los campeonatos de Nintendo 64...
Miguel un genio. Nos enroscamos en la clàsica charla comparativa entre el "boludo" y el huevón" y nos divertimos horrores. Mientras, él se imaginaba tomando mate y me decía "yo no tengo códigos, me da un asco terrible compartir la bombilla".
Traté de dormir 4 horas pero me resultó imposible un sueñio constante. Entre la emoción de volver a ver a los vecinos y saber que Méjico estaba más y más cerca, sólo logré lapsos de 1 hora, aprox.
Con los ojos picosos escondidos atrás de los Ray Ban, tomé el 3er. café negro de la mañana esperando el enbarque Santiago - Lima. Miré el reloj, 8.40. Volví a mirar 9.20: Ouch!!! Embarcaba 9.15. Me colgué harto escuchando múscia.
Corrí todo el aeropuerto, llegúe y media y recién estaban haciendo la cola. Por lo menos hice ejercicio. Finalmente salió todo bien. Paso fugaz por Lima, aburrida y con sueño. Por lo menos me puse una película: Amor a Distancia, una pavada bien envuelta.
Mejico allá vamos... va, va, va*!!!!!!
* Copy right: Negra Gadea
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