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La huevada (re)reloded...Welcome to our magic world.

domingo, 8 de agosto de 2010

:::::::: A mi querido barrilete…. ::::::::


Cuán inmensa es la oscuridad que se apodera de mí cada vez que me pierdo tus ojos. Soy succionada por ese laberinto de tinieblas que representa tu mente, y traspaso a una realidad paralela entrando en un éxtasis desconocido.

Y todo es paz y quietud, y me olvido de lo absoluto y me entrego a la incertidumbre.
Y es que lograste sacarme de mi eje, y despertaste a esta estatua de bronce y protocolo que no se permitía sentir.

Crecí creyendo que toda sensación, era tan sólo algo que debía pasar y jamás hacerle caso se podía. Porque no corresponde, porque no se debe, porque es controlable y se debe controlar.

Y entonces me topé con tu barrilete, y me creí que podía volar unos ratos en tu falsa tranquilidad y en la promesa de tus ojos por conocer un mundo nuevo. Y quise salir a dar una vuelta, y mirar desde arriba cómo sería romper con el molde y descubrir la vida.

Me regalaste más aprendizaje que el más sabio de los maestros. Desde el más profundo desamor me regalaste la dicha de la plenitud. Me cuesta tanto comprender que alguien tan oscuro pueda brindarme tanta luz.

Me diste tanto, que sólo puedo regalarte mis palabras, que son lo más preciado que tengo. Me hace tan feliz que el universo nos haya cruzado tan sólo por un ratito. Y respeto su curso, sin pretender cambiarlo… ay! Pero como me hubiese encantado conocerte barrilete!

:::::::: Que tengas un gran día! ::::::::


En una clásica esquina del barrio de San Telmo, existe un franquiciante poco común. Una fábrica de pastas y rostisería, es el entorno elegido por nuestro amigo para hacer uso y comerciar con exclusividad su producto.

Con una sonrisa preciosa que emana paz y alegría y unas piedras semipreciosas sobre la caja registradora, el Señor Quetengasunbuendia recibe a sus clientes de lunes a viernes por 3 horas al mediodía.

Esto es claro, cuando no está en Miami de vacaciones. Lo lindo es que cuando vuelve a Buenos Aires, siempre tiene un bronceado Caribe increíble que da envidia a todo el barrio en pleno julio.

Y así, el Señor Quetengasunbuendia definitivamente tiene la concesión de los buenos días de toda la zona. Porque hace 15 días fui a comprar mis recurrentes milanesas de berenjena, y cuando me estaba dando el vuelto, se distrajo.

Y el Sr. Quetengasunbuendia se puso a hablar con uno de sus empleados y no me dijo la frase célebre de despedida. Sólo escuché el clásico “cachín cachín” de la máquina registradora adornada de cuarzos rosas y blancos.

Ese día fue trágico. No recuerdo muy bien qué pasó. Sólo recuerdo que evoqué del Sr. Quetengasunbuendia con asombro y admiración. ¿Podría ser que un sesentón canoso con cara de bondadoso y pleno, tuviera la franquicia de los buenos días de todo San Telmo?

Yo creo que es posible. Fui y se lo dije. Sonriendo para variar, me dijo “Que tengas un gran día y un excelente fin de semana”. Créase o no, compensó. Seguro que puede ser sugestión, pero hay algo en su sonrisa que dice lo contrario.

Hoy el Sr. Quetengasunbuendia está en Marbella. Visitando a su hijo allí, por primera vez. Imagino la cara de dicha del raviolero. Si todos los días emana felicidad, no quiero ni pensar en su expresión estando con su hijo en la madre patria.

Hace una semana que no me da los buenos días. A nadie del barrio, de hecho. Pero su hijo está a cargo de la fábrica de pastas. Y créase o no la buena vibra sigue en el ambiente.

El otro día lo encaré a su heredero sin ninguna inhibición. Le pregunté qué pretendía su padre y si le había dejado durante su ausencia la llave para los buenos días de todos los trabajadores de los alrededores de Bolívar y Méjico.

Me miró con sus ojos claros cándidos, me mostró todos sus dientes blancos impecables. De tal palo tal astilla. Misma sonrisa, misma alegría, mismo discurso de salida: “Que tengas un buen día, cachín cachín”.

Seguimos sonriendo en el barrio, seguimos teniendo buenos días. El Sr. Quetengasunbuendia disfruta en la playa panza arriba, lo cual también claramente nos llena de dicha. El universo funciona como debe. “Que tengan un buen día!”*


*Marca registrada, según parece.

Marido nuevo, vida nueva!


Y no todas las historias son nuestras, porque no tenemos la exclusividad de la descabellosidad... acá va pedido de auxilio de la querida Petit a un mes de haberse casado con un sodero....


Barrio de Belgrano, 20 de abril de 2010-


Queridas amigas,
es evidente que no puedo alejarme del hogar conyugal, los desastres se producen en cadena. Anoche llegué y había un olor extraño en el ambiente, como a tela quemada... Fui a la cocina y nada, Marido dormía. Me acuesto y empiezo a escuchar tic....tic.... me levanto, salgo del cuarto y veo una luz roja en el living.


Marido había dejado la plancha enchufada por muuuchas horas, según él estaba enchufada pero no prendida, tuve que explicarle que la plancha no se prende con un botón sino que cuando se enchufa empieza a calentar!
Esta mañana remolonié en la cama muchas horas, y al mediodía me levanté, hace un rato fui a hurgar en la heladera, y zas! charco enorme de sangre!! Marido sacó la pizza del freezer y apoyó la carne arriba de la heladera, cerró el freezer y se olvidó de volver a guardar las cosas, o sea que se descongeló todo mientras dormíamos!


Es claro que este chico no puede solo.... (les dije que encontré pepitas de uva adentro de la cama??) Por lo tanto me gustaría que me ayuden a organizar una juntada en el hogar conyugal, al menos vengan a tomarse unos mates conmigo!!!
Les deseo un muy bonito martes!!!
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Sin palabras... Marido te queremos!!!!

:::::::: Y si no escribo... quién soy? :::::::::


Una vez escuché que si uno despierta pensando en hacer algo y se va a dormir, pensando en lo mismo, es porque uno es aquello en lo que piensa. Un nadador se despierta pensando en nadar y se va a dormir pensando en nadar, un pintor se despierta pensando en pintar y se va a dormir pensando en pintura y un cocinero se va a dormir creando un nuevo plato y se despierta listo para su creación.

Por años no noté esa constancia de querer hacer algo. Un día quería hacer una cosa, luego otra, y más tarde una distinta a la anterior. Me iba a dormir muy conectada con un sentimiento, un miedo, entusiasmo, y a veces, simplemente inventaba. Cerraba los ojos en mi cama y mi cerebro empezaba a crear las más profundas de las historias. Más sufridas que ninguna de los millones de películas que vi, más pasionales, más locas, más extravagantes, más mitológicas. En fin, creo que de alguna manera todo aquello que absorbía repercutía de manera extraña en mi cerebro particular.

Y entonces llegaba el día. Y como una pelota de ping pong en una cancha de squash, una idea rebotaba y rebotaba sin fin. A veces eran horas. A veces días, y otras hasta meses. Y entonces, en algún hoyo 9 dentro de mi cabeza, la pelotita por cuenta propia entraba. Y me agarraba cerca de un teclado o de una birome y yo empezaba. Y cual pianista frente al piano, mis manos se movían sin sentido y sin pausa, ante la necesidad de plasmar aquello que venía de adentro.

A veces, salían sólo reflexiones. Otras, la necesidad de expresarse mediante un formato un tanto musical, hacía que las palabras tomaran forma de poema, con la pasión de Beqer y la humildad del analfabeto. Y otras, sólo rara vez nos encontrábamos con una historia lo suficientemente arrogante y agrandada, como para decidir que una carilla no era suficiente para ella y entonces despegaba un cuento, una historia corta… una novela.

Pero que posición más cruel la mía. Si para un escritor, - un artista de la narración y de la lengua-; el mundo es ingrato y hostil, qué es lo que queda para una pobre analfabeta emocional y psicológicamente inestable, que lidia con una pelotita de ping pong en su cabeza todas las mañanas. Árido, muy árido es el mundo del que se da cuenta un día que necesita escribir para vivir.

Yo puedo escribir desde que me despierto hasta que me quedo dormida. Pero de ahí a que lo que se lea sea potable… hay un abismo. Entonces, ¿sobre qué escribo? Deportes, música, teatro, moda… el cima???!!! A mí no me sale. Necesito escribir historias que lleguen al corazón de las personas, y que digan: ¡Wow! Esto es potable, esto me llega, esto es tan parecido a mi universo heterogéneo que me dan ganas de reír y llorar.

Y entonces viene la pregunta del millón: ¿cuántos autores gozan o gozaron de la dicha de tornar sus palabras en parte de la vida de sus lectores? Pocos, ¿verdad? Y grandes héroes de la literatura por cierto. Pero existen aquellos, a veces llamados mediocres, que pasan su vida buscando un rumbo, sin darse cuenta de que el rumbo no se busca: se toma. Lo que se busca es el destino.

Pero hay mil formas de llegar a ese destino. Y muchas veces no son las que planeamos. A veces la vida nos hace un pito catalán en la cara y nos presenta algo que no es lo que pedimos. Pero quienes somos nosotros, simples mortales bípedos, para decirle a la vida: “Te equivocaste, esto no es lo que pedí, llevátelo”. ¡Ni que fuera una hamburguesa con queso y pedimos una grill! Lo que toca toca, la suerte loca, pibe.

Pero quién te dice que lo que te tocó no es en realidad lo mejor para vos, aunque no coincida con lo que esperabas. Muchas veces la vida te está dando un instructivo rápido de cómo superar algo, porque después se viene mucho peor, y quiere que estés listo. O quizás te quiere dar letra, para que el día de mañana ilumines a otro que necesite saber de aquello mucho más que vos.

Lo importante es entender que la vida no impone destinos porque sí. Todo pasa por algo y queda por algo. Por algo un cigota se vuelve persona y otro no llega a formarse nunca. Por algo estamos donde estamos y hacemos lo que hacemos. Por algo nos levantamos a la mañana queriendo hacer algo. Eso que nos hace lo que somos. Lo que nos da la esencia.

A veces, lo que nos hace Ser, no es 100% identificable. A veces somos councellers en cubierto, como varias personas que conozco; a veces somos líderes a la espera de nuestro trabajo en equipo. A veces somos juglares del siglo XXI, críticos de cine no reconocidos, artesanos urbanos, decoradores de interiores contenidos para no caer pesados o paisajistas de patios del fondo de los amigos con casa en provincia.

La clave está en tomarse el tiempo de escuchar las burbujitas del agua con gas cuando abrimos la botella. Antes de ponernos el perfume a la mañana respirar dos segundos ese olor que estamos eligiendo (porque por algo lo elegimos). Sonreír al hablar, mirar a los ojos, conectarse con el otro. Conectarse con lo que nos rodea, para aprender a escuchar lo que está adentro.

Somos lo que somos, somos lo que hacemos, somos lo que sentimos… ¡y no sabemos quienes somos! Nos cuesta tanto enlazar mente y cuerpo, espíritu y entorno, que vivimos perdidos. Pablo Neruda una vez dijo: “Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo. Y esa, sólo esa, puede ser la más feliz o la más triste de tus horas.”

Reencontrémonos con lo que nos da satisfacción, con lo que queremos, con lo que somos. Que la energía no se acumule en las cervicales, que fluya, que aporte, que sume. Démonos chances de encontrarnos a nosotros mismos, de ser felices, de hallar paz.

:::::::: El Juego ::::::::


Los seres humanos se crearon para estar en comunidad. Y como cada comunidad fue creciendo, y sus límites se encontraron con los de otras, nació la sociedad. Esa sociedad de la que todos somos parte, queramos o no; y que instantáneamente, apenas nacemos, sin capacidad de defendernos, nos impone un nombre y nos hace parte de un contrato. Éste, nos inhabilita de y para todo. Somos robots cumpliendo reglas automatizadas que ni siquiera nos cuestionamos. Reglas, que a su vez tienen más subreglas. Y nosotros algunas veces creemos que las estamos rompiendo. Pero no…

Simplemente estamos jugando el juego de la manera que nos corresponde porque así son las reglas mayores.
Y nos pasamos la vida buscando ideales inalcanzables, que: Hello!!! Nos los impusimos nosotros mismos y que quizás jamás alcancemos. Pero nuestro inconciente funciona si nosotros creemos que lo estamos intentando.

Y el resto de la gente es feliz rompiendo subreglas que en nuestro juego están prohibidas… pero en su juego no. Y nosotros creemos que son felices. Pero tal vez no.
Y algunas de estas mismas subreglas, quizás nos imponen tristeza, odio, dolor… pero ¡está bien! Porque a la larga se cumplirán nuestras metas mayores.

¿Y El de arriba??? Nada. No te va a tirar ni una punta de lo que pasa. El juego es tuyo. Vos pusiste las reglas, vos las creás y las rompés las veces que quieras. Después cuando le rindas cuentas, vas a ver si lo que hiciste estuvo bien.

Ahora… ¿quién dice que mientras más alta es la montaña a escalar, mayor la satisfacción va a ser cuando llegues arriba? ¿O que mientras más vallas haya en el recorrido, más contento vas a estar cuando cruces la cinta? Yo opino, que mientras más flores haya en el trayecto y vos trates de plantar otras más, vas a pasarla tan bien durante el viaje que no vas a querer llegar a la meta. Pero la magia está en llegar, tranquilo, contento y en paz. Y ahí, abrirte paso hacia nuevos horizontes. Porque si hay algo que nunca se acaba son los caminos. Porque los creás vos. Porque hay miles de destinos y muchas más vías posibles para llegar a cada uno. ¿Y de qué vale llegar cansado, sudando y dolorido? Si podés llegar con un ramo inmenso de rosas para regalar, ¿no?

“¿De qué vale ganar si uno mismo se pierde…?” (1) Esta frase me marcó tanto como “Yo sé que hay caballos que, se mueren potros sin galopar” (2). Creo que, si bien tienen procedencias totalmente diferentes, las dos hablan de lo mismo: de disfrutar el camino. De ser vos mismo, en toda tu extensión, y despegar las alas que sabés que tenés pero no te animás a usar. Animate!!! Jugate!!! Que la vida no es corta, pero sus períodos sí. Y cuando terminaste de leer esta reflexión, probablemente una etapa se acabó. Ojalá que la hayas disfrutado y ojalá que todos podamos disfrutar un poquito más del juego.


(1) Tema: “Urgencia del Corazón”. Anónimo. Escrita en honor a San Antonio María Claret
(2)Tema: “La Gran Bestia Pop”. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota